Turquía en la encrucijada: Crisis política amenaza la estabilización económica en 2025

Una nación en tensión
Turquía se encuentra sumida en una ola de protestas nacionales tras el arresto del alcalde de Estambul el 21 de marzo de 2025, con más de 1.100 personas detenidas desde que comenzaron las manifestaciones el 19 de marzo.
Ekrem Imamoglu, ampliamente considerado como el rival político más fuerte del presidente Recep Tayyip Erdogan, fue arrestado por cargos de corrupción días antes de su esperada nominación como candidato presidencial de su partido. Tanto él como sus seguidores rechazan los cargos, argumentando que tienen motivaciones políticas.
Impacto económico
La confianza de los inversores está sufriendo un golpe que amenaza con deshacer 21 meses de trabajo de los líderes financieros de Turquía en el retorno a una política monetaria ortodoxa y la solución del problema de la inflación descontrolada. El Ministro de Finanzas Mehmet Simsek se ha visto obligado a implementar medidas de emergencia, como gastar niveles récord de reservas de divisas para apuntalar la debilitada lira.
La economía turca experimentó una expansión económica robusta del 4,5% en 2023 que se moderó ligeramente al 3,2% en 2024. Se espera que el crecimiento se mantenga estable en 3,1% en 2025. La estabilidad de precios sigue siendo el principal objetivo político, y se están orientando las políticas monetarias y fiscales para avanzar en la desinflación mientras se fortalecen las políticas sociales para proteger a los vulnerables. Se espera que la inflación alcance el rango superior de los 20 para fines de 2025.
Perspectivas y desafíos
Según analistas, “lo que se está volviendo cada vez más claro es la voluntad de Erdogan de dirigir a Turquía hacia una autocracia completa”. Si el partido gobernante Justicia y Desarrollo (AKP) “estuviera verdaderamente confiado en su dominio electoral, no habría necesidad de neutralizar a Imamoglu tan prematuramente”, dado que las elecciones presidenciales no son hasta 2028. El AKP puede estar apostando a que la ira popular se habrá disipado para entonces.
A pesar de que Turquía ha sido una de las economías de más rápido crecimiento en la OCDE durante la última década, la brecha de ingresos con los países de la OCDE sigue siendo grande y persisten los desafíos estructurales. Las políticas macroeconómicas más prudentes están ayudando a restaurar el crecimiento sostenible y a reducir los desequilibrios económicos.