Rosa Roisinblit: Se despide una gigante de la lucha por los derechos humanos en Argentina
Una pérdida irreparable para los derechos humanos
Rosa Tarlovsky de Roisinblit, presidenta honoraria de Abuelas de Plaza de Mayo, falleció este sábado a los 106 años. Su partida deja un legado extraordinario marcado por su entrega, solidaridad y amor en la búsqueda incansable de nietos y nietas desaparecidos.
Una vida dedicada a la búsqueda y la justicia
Nacida en 1919 en Moisés Ville, Santa Fe, Rosa ejercía como obstetra cuando su vida cambió drásticamente durante la última dictadura militar argentina. El 6 de octubre de 1978, su hija Patricia y su yerno José Pérez Rojo fueron secuestrados, mientras que su nieta Mariana, de 15 meses, fue devuelta a la familia.
En el año 2000, tras años de búsqueda incansable, Rosa logró reencontrarse con su nieto, Guillermo Roisinblit. Sin embargo, ella siempre dejó claro que su misión iba más allá de encontrar a su propio nieto, afirmando que ‘No estaba acá solamente para buscarlo a él, sino a todos los que faltan’.
Un legado imborrable
A lo largo de su vida, Rosa recibió múltiples reconocimientos por su lucha: fue distinguida con el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Rosario, el Premio Anual Azucena Villaflor, la Mención de Honor Juana Azurduy del Senado de la Nación y reconocida como personalidad destacada de Moisés Ville.
Su compromiso con la causa la llevó a participar anualmente en las reuniones de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza. Mientras su cuerpo se lo permitió, Rosita viajó por todo el mundo difundiendo la búsqueda de los nietos y el trabajo de Abuelas.
Su figura quedó inmortalizada como símbolo de resistencia y amor, dejando un legado de dignidad y compromiso que atraviesa generaciones. Con su fallecimiento, se despide a una figura emblemática de la defensa de la memoria, la verdad y la justicia en la Argentina.