El Pan Dulce Más Codiciado de Argentina
Desde hace cuatro décadas, en la esquina de Venezuela 1399, un restaurante convoca a multitudes dispuestas a esperar largo tiempo para comprar un pan dulce artesanal que muchos argentinos consideran único. Cuarenta años cumple este 2025 el pan dulce de Plaza Mayor, cuatro décadas acumulando larguísimas colas en la puerta los días previos a las navidades. Este fenómeno gastronómico se ha convertido en una tradición ineludible para miles de familias porteñas que buscan hacer de sus mesas navideñas un momento especial.
Una Historia de Tradición Familiar
La idea de la venta de este producto surgió en 1985, cuando el padre de Federico Yahbes quiso implementar en su restaurante la sidra tirada y el pan dulce, en honor a su madre, hija de italianos. Desde ese entonces y mientras estuvo con vida, Tita, la abuela de Federico, custodió a los panaderos de Plaza Mayor y supervisó que cumplieran a rajatabla cada paso. Este pan dulce artesanal nació en el histórico restaurante Plaza Mayor del barrio de Monserrat, un establecimiento que combina cocina española con influencias italianas.
¿Qué Lo Hace Tan Especial?
Cada pan dulce de Plaza Mayor pesa un kilo y casi la mitad corresponde a frutas y frutos secos seleccionados. En el interior, se perciben trozos de avellanas, castañas de cajú, almendras, nueces, uvas pasas, fruta escurrida, higos secos y cerezas tipo guindas. La masa se elabora con manteca en lugar de margarina, lo que le otorga una textura única. En este proceso de producción, Plaza Mayor evita el empleo de ingredientes con procesos industriales intensivos.
Precio y Disponibilidad
La edición actual del pan dulce artesanal de Plaza Mayor tiene un valor de $36.000, alrededor de $11.000 más que el año pasado. Durante noviembre, el horario de venta en Plaza Mayor va de 9 a 19, mientras que en diciembre se acota a dos franjas: de 9 a 11 y de 17 a 19, incluso los feriados. En el local destacan que el producto puede mantenerse refrigerado durante diez días y también aceptan que una parte importante de los clientes opta por freezarlo hasta ocho meses para preservar su calidad.
Un Fenómeno Cultural
Este panettone ha llegado a ser una parte esencial de la temporada de fiestas en Argentina, con filas que se forman en diciembre mientras los locales esperan ansiosamente su oportunidad de saborear esta delicia tradicional de Navidad. El pan dulce de Plaza Mayor trasciende lo gastronómico para convertirse en un símbolo cultural que representa el amor familiar y la tradición argentina, manteniendo viva una receta que ha pasado de generación en generación y conquistado el paladar de miles de personas.